Vivir sobre ruedas: el ingenio que florece en el desierto habitacional de Canarias

Vivir sobre ruedas: el ingenio que florece en el desierto habitacional de Canarias

La crisis habitacional que afecta a las Islas Canarias desde hace varios años ha desencadenado un caos en los precios de las viviendas y su disponibilidad. Este desajuste ha provocado que en zonas como el sur de Tenerife, donde se concentran importantes centros laborales, sea prácticamente imposible encontrar un hogar a un precio razonable y accesible para quienes perciben un salario mínimo.

Ante los problemas, surgen soluciones ingeniosas. Al menos, en apariencia. La dura realidad que enfrenta el Archipiélago ha llevado a algunos particulares a adoptar medidas poco convencionales. Quizá su intención sea mitigar una crisis que las instituciones aún no han logrado resolver, o quizás simplemente estén buscando obtener un rédito económico de una situación que está al límite y que ahoga cada día a numerosas familias.

Citroën C3 por 22 euros la noche

Airbnb se ha consolidado como la plataforma predilecta para quienes buscan alojamiento. Al explorar las opciones disponibles en Tenerife, nos toparemos con una oferta tan diversa como pintoresca: desde pisos pequeños hasta grandes casas terreras, pasando por fincas, habitaciones compartidas, hoteles, hostales, apartamentos…. No obstante, lo verdaderamente alarmante llega cuando, tras una búsqueda minuciosa, descubres propuestas insólitas, que rozan el límite de lo que tradicionalmente se ha considerado como una vivienda.

Un ejemplo llamativo es un anuncio de un Citroën C3 Motion. Según la descripción del anuncio, no solo se trata de un vehículo, sino de una “caravana/autocaravana”. El anunciante presenta este coche como una opción “práctica y funcional” para recorrer y acampar en las islas. Entre las características que ofrece este vehículo de cuatro ruedas, se incluyen una nevera portátil —”ideal para mantener tus alimentos frescos”—, dos sacos de dormir “cómodos y preparados para cualquier clima”, un colchón diseñado para “garantizar una buena noche de descanso” y una tienda de campaña. Además, se suma a la amplia oferta un mapa de la isla y un kit de primeros auxilios, “por si las circunstancias lo requieren”.

El coste del servicio asciende a 22 euros por noche, aunque a esa cifra hay que añadir los nueve euros de gestión impuestos por la plataforma. En cuanto a la reputación del anfitrión, la valoración media es de 4,73 sobre 5, lo que indica un alto nivel de satisfacción entre sus clientes. Las reseñas, en su mayoría positivas, destacan tanto la amabilidad del propietario como la comodidad del servicio, siendo necesario realizar una búsqueda exhaustiva para encontrar algún comentario desfavorable.

Este periódico ha venido informando de la masificación de las autocaravanas, camionetas y otros vehículos, así como el alquiler de estas en distintos tipos de portales de alquiler de vivienda. Esta es una muestra más. Si buscamos más exhaustivamente, podremos acceder a otros tipos de anuncios que publicitan también coches de igual manera que el ejemplo mencionado. Muchos, lo utilizan como un elemento de transporte, aunque otros muchos, se ven abocados a tomar esta opción para vivir.

“Siento que es una búsqueda incansable”

DIARIO DE AVISOS ha logrado hablar con Lucía Brito, una palmera que, tras mudarse a Tenerife hace cuatro años, ha vagado de piso en piso buscando una vivienda donde instalarse permanentemente. Ese desasosiego, en algún punto, le llevó a contratar este servicio. “Fue solo una noche. Yo acababa de salir de un piso. Tenía todas mis cosas conmigo y la única opción que tenía era contratar este servicio”. La canaria apunta que, aunque es una medida de extrema necesidad, “recomienda su uso”, pues un hotel, hostal, apartamento en alquiler… se escapa de su presupuesto.

“He llegado a tirar muchas veces de este tipo de servicios. Coches que se usan en forma de vivienda. Muchos lo utilizan para visitar la isla, aunque muchos otros, como yo, se ven obligados a dormir una noche dentro”, apunta. Brito confirma que su condición de camarera y no tener ningún familiar en la isla le ha supuesto una búsqueda “incansable y casi diaria” de viviendas en distintas portales que tengan un precio en el alquiler acorde a sus posibilidades. “No he durado más de un año en cada piso. Siento que es una búsqueda incansable para poder instalarme, por fin, en la que fuese mi casa”, explica.

El perfecto equilibrio en la combinación de creatividad y necesidad que reflejan este tipo de anuncios, hace entender la problemática que cohabita en la vida de miles de familias y particulares en las Islas. Parece que, poco a poco, muchos redefinen lo que se ha entendido por “vivienda”, generando consecuencias cada vez más inesperadas.