Actualidad

Luz verde para ejecutar la última obra de vertido cero en Santa Cruz

todayseptiembre 30, 2024 1

Fondo
Luz verde para ejecutar la última obra de vertido cero en Santa Cruz

Santa Cruz de Tenerife ya tiene luz verde para ejecutar una de las últimas obras de canalización de aguas residuales en el municipio con el objetivo de lograr el vertido cero. El Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria autorizó, en su sesión celebrada el pasado día 23, a la empresa Emmasa a realizar los trabajos en la zona comprendida entre San Andrés y María Jiménez, con un plazo de vigencia hasta el 31 de marzo de 2031.
El acuerdo, recogido en el Boletín Oficial del Estado (BOE), permite a la empresa mixta de aguas santacrucera la concesión de esta obra, la cual supondrá una ampliación de la superficie actual de terrenos pertenecientes a la Autoridad Portuaria, que pasarán de 1.811 a 2.837 metros cuadrados tras la intervención.

El alcalde, José Manuel Bermúdez, subrayó a DIARIO DE AVISOS que “con esta autorización ya tendremos la práctica totalidad de las obras necesarias en marcha para conseguir el vertido cero en el litoral santacrucero, lo que implica una apuesta clara por una ciudad más sostenible”.

El regidor añadió que “la canalización de San Andrés a María Jiménez se sumará a las que se están realizando en el distrito Suroeste o en Anaga y en el resto del municipio. Alcanzar el vertido cero es un objetivo irrenunciable en este mandato, fruto del trabajo de muchos años”.
Por su parte, el concejal de Servicios Públicos, Carlos Tarife, señaló que “ya contamos con la última autorización que nos hacía falta para empezar la última obra para lograr el vertido cero en el municipio, por lo que tras la canalización desde San Andrés hasta María Jiménez, el próximo año Santa Cruz habrá acabado con todos los vertidos al mar”.

El edil indicó que “la capital recuperará en 2026 la bandera azul que perdió hace 23 años, una vez que a lo largo de 2025 se logre acabar con todos los vertidos al litoral, desde Tachero-Taganana, más los que se han logrado en Igueste. Por ello, el permiso a Emmasa para ejecutar la conducción San Andrés-María Jiménez, más el avance de la de Anatolio Fuentes (muelle de Honduras), unida a la de Añaza y Acorán, además de la obra de la depuradora de Buenos Aires que realiza el Estado, permitirán que nos comamos el turrón el próximo año diciendo que se ha arreglado un problema histórico en la capital”.

Tarife vaticinó que “en el año 2026, por fin ya no saldrá un punto rojo en la ciudad de Santa Cruz, por lo que el área de Medio Ambiente sabe que a partir del año que viene hay que empezar a desempolvar los expedientes de banderas azules”.

Aunque en el resto del paseo y paredes ahora grisáceas y blancas se han quedado marcados los perfiles de los corazones otrora multicolores, la sensación es de fundido a negro, de fin de la alegría, de panza burro (nombre que se le da en las Islas a la acumulación intensa de nubes grises o negras por condensación, sobre todo en zonas como el Valle de La Orotava). Eso sí, la tranquilidad ha vuelto a Bocacangrejo y siguen yendo visitantes a ver lo que fue, lo que queda y lo que puede desatarse en cualquier otro lugar de un Archipiélago maravilloso que, sin embargo, y en un fenómeno casi mundial, sufre cada vez más las consecuencias del turismo masivo, los efectos perversos o ambivalentes de las redes sociales y la reacción comprensible o, al menos, con base, de unos residentes “locales” que, sabedores de la importancia vital del turismo (35% del PIB canario y 40% del empleo), en muchos casos gritan que “así no”, tal y como quedó claro en las más que exitosas manifestaciones del pasado 20 de abril, con unas 200.000 personas en las calles de todas las Islas, aunque especialmente en Santa Cruz de Tenerife.

Rafa no quiere hablar con nadie. Se encierra en su casa y en el pueblito saben que lo está pasando mal. Alguien le rompió el corazón y su alegría multicolor, pero las lecciones de este cuento de triste final, en gran parte, deben servir para reflexionar sobre el turismo que se quiere y la convivencia con los residentes y el propio arte improvisado y popular de gente sensible y con visiones diferentes y alegres de la existencia.

Bocacangrejo ha perdido gran parte de sus corazones, aunque eso es solo una forma de verlo si realmente se vive de corazón.

Escrito por Monica Ledesma

Valóralo

Comentarios de las entradas (0)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

0%