Garachico restringe el acceso al casco los fines de semana

Garachico restringe el acceso al casco los fines de semana

Desahogar el conjunto histórico y reducir la contaminación, tanto acústica como ambiental, causada por el exceso de vehículos es uno de los objetivos del grupo de gobierno de Garachico (CC-PSOE). El municipio tiene una gran afluencia de turistas, sobre todo los fines de semana y en verano, que obliga a que muchas personas se mezclen con los vehículos que acceden al casco, cuyas aceras son muy estrechas, y coincidan por la misma vía con el peligro que supone. Para garantizar la seguridad de vecinos y visitantes y, al mismo tiempo, conservar el patrimonio cultural y arquitectónico del centro histórico, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 1994, gobierno ha decidido restringir los fines de semana el acceso a esta zona del tráfico rodado, a excepción de los residentes.

Esta medida, de carácter provisional, supone una especie de “prueba piloto” que servirá para evaluar las acciones a futuro ante la peatonalización prevista. Se puso en marcha a mediados de agosto y se mantendrá hasta diciembre, fecha en la que el gobierno local comenzará a dialogar con el subsector hotelero, comercial y de restauración para conocer su opinión sobre la experiencia y, a partir de allí, tomar decisiones en el futuro.

“Garachico tiene que apostar por la peatonalización de algunas calles, como ocurre en todos los conjuntos históricos. A nadie se le escapa que esta iniciativa tiene detractores que se oponen rotundamente, como ha ocurrido en otros puntos de la Isla, pero, al final, acaba funcionando mejor y todos ganan, los vecinos y los comerciantes, aunque al principio no lo vean”, sostiene el alcalde, José Heriberto González (CC). No obstante, aclara que no se tomará “ninguna decisión antes de escuchar a la gente. Hablaremos con los vecinos calle por calle para saber cómo han recibido la medida, ya que en algunas hay más comercios que en otras”.

APARCAMIENTOS

Una de las ventajas para poner en marcha esta experiencia piloto es contar con el antiguo campo de fútbol como aparcamiento disuasorio, con capacidad para unos 400 vehículos. La instalación, ubicada en la Avenida Marítima, quedó definitivamente inutilizada para el deporte por los temporales marítimos. El último de ellos tuvo lugar en 2018, arrancó el césped artificial y destrozó los vestuarios, con el consiguiente costo para las arcas públicas.

Al mismo tiempo, el consistorio negocia habilitar otros terrenos de carácter privado, aunque sean más pequeños, para ofrecer más alternativas a la peatonalización. “El objetivo es ver cómo funciona el casco histórico sin tanto coche”, insiste el alcalde. No obstante, deja claro que “tomar medidas vamos a tomar; el camino para hacer Garachico más sostenible está iniciado y eso va a continuar”.