Adiós a uno de los comercios de toda la vida de La Laguna

Adiós a uno de los comercios de toda la vida de La Laguna

La Dulcería La Catedral ha anunciado que cierra sus puertas después de 110 años de historia. El negocio de toda la vida del centro de La Laguna, situado en la esquina de la calle San Juan con la Carrera, junto a la Catedral, ha sido durante más de un siglo un referente en la repostería tradicional canaria.

Fundada en 1914 por doña Rafaela, una gaditana que se trasladó a La Laguna con su esposo militar, la dulcería comenzó como un pequeño establecimiento dedicado a la elaboración artesanal de dulces. Con el tiempo, su primer empleado, José Hernández Arvelo, abuelo de la actual propietaria, María Jesús Rodríguez, asumió la gestión del negocio, que ha permanecido en la familia durante tres generaciones.

A lo largo de su historia, Dulcería La Catedral se ha mantenido fiel a las recetas tradicionales, ofreciendo una amplia variedad de productos típicos canarios entre los que se incluían hasta 117 variedades de dulces de todos los puntos de la Isla y del Archipiélago.

Los más demandados siempre fueron los rosquetes de batata, los de guayaba, los barquitos de chocolate y nata, los laguneros, las milhojas y la tarta de almendras. Además, apostaban por productos de todas las Islas, como las galletas de La Gomera, las quesadillas de El Hierro, los bizcochos de Moya de Gran Canaria y las rapaduras de La Palma, consolidándose así como un paraíso de la repostería tradicional canaria.

Laguneros y laguneras han manifestado en redes sociales su tristeza y nostalgia al conocer la noticia del cierre. Los comentarios reflejan la importancia de la dulcería en la vida de la ciudad y destacan su papel en los recuerdos de infancia y su contribución a la identidad local.

“Desde la niñez un lugar de referencia… no se quedará igual La Laguna”

“Un rincón que forma parte muchos recuerdos de la infancia”

“Una pena ver cerrar los locales que nos han acompañado toda la vida”

“Un clásico al que siempre daba gusto pasar a comprar un dulce”

“Un negocio con alma y corazón”

Fin de una era para La Laguna

Dulcería La Catedral era uno de los seis negocios centenarios que permanecían en el municipio, según un listado realizado por la Concejalía de Comercio del Ayuntamiento de La Laguna.

El legado de La Catedral no solo se limitó a la venta de dulces. El establecimiento se convirtió en un punto de encuentro intergeneracional, donde abuelos, padres e hijos continuaban una tradición de compra que se había mantenido viva durante más de un siglo. A pesar de los desafíos del tiempo y la modernización del entorno comercial, la dulcería logró conservar su esencia y la lealtad de su clientela.

El cierre definitivo del establecimiento marca el fin de una era para La Laguna, que ve desaparecer uno de sus comercios más antiguos y emblemáticos. La familia Rodríguez, encargada de la dulcería, se despide con gratitud por el apoyo recibido a lo largo de los años.

La desaparición de Dulcería La Catedral se suma a la preocupación generalizada por la pérdida de los negocios históricos en la ciudad. “A los laguneros cada vez nos quedan menos sitios a los que volver”, “La esencia lagunera se pierde poco a poco…”, son algunos de los comentarios más repetidos.

La Laguna, conocida por su patrimonio cultural y arquitectónico, enfrenta el desafío de preservar su identidad frente a los cambios del entorno comercial.